Christian Klug (C. K.): Ágata ya tiene un año de haberse conformado en Colombia. Es una compañía que más allá del tema misional hacia Bogotá, también tiene que rendir unos resultados. Es una empresa conformada básicamente por ETB y Grupo Energía Bogotá y tiene participación también en algunas entidades del Distrito.
Desde esa perspectiva, Ágata tiene un mix desde lo que es el entorno de la data pública, de cómo gestar iniciativas que resuelvan unos problemas para la ciudad; y por otro lado, en la vocación está el hacer negocios, en identificar oportunidades en donde la data genere impacto y beneficio.
SEMANA: ¿qué balance deja Ágata en su primer año de creación?
C. K.: el balance es muy positivo desde la perspectiva de configuración de equipos. Cuando hablamos de tecnología no solo hablamos de hardware o software, sino también de la capacidad de armar equipos multidisciplinarios con diferentes experiencias.
Ágata, al configurarse como agencia, tiene que poder abarcar soluciones de punta a punta. Tener gente orientada a ingeniería de datos, arquitectos, desarrolladores, entre otros. Lo que va corrido de Ágata ha servido para formar ese equipo y empezar, desde esa dinámica, a proponer iniciativas que impacten temas de la ciudadanía.
C. K.: uno de esos programas es el de créditos o microcréditos, cómo comenzar a desarrollar una aproximación que facilite el acceso a créditos de la población que no esté bancarizada.
La misión de Ágata es la articulación de datos que les permita a los diferentes aliados estratégicos poder hacer aproximaciones que le cambien la realidad a la gente.
En ese sentido, no es que nosotros estemos otorgando créditos, sino que facilitamos todo lo que tiene que ver con la dinámica de datos para que los aliados financieros tengan con qué tomar decisiones y puedan otorgárselos a aquellas personas que hoy no están en el radar.
SEMANA: ¿esa articulación de datos la compartirán con la banca tradicional o con las fintech?
C. K.: quien quiera ser socio estratégico de Ágata puede levantar la mano. Hoy en día estamos trabajando con Bancolombia y Daviplata, pero estamos convocando a otro tipo de actores que tienen otro tipo de aproximación sobre el score que desde Ágata podemos generar.
SEMANA: ¿cuándo se lanzaría el programa y cuál es la población objetivo a beneficiar con esa analítica de datos?
C. K.: la idea es beneficiar a tenderos y vendedores ambulantes. Ese programa de cierre de brecha financiera lo vamos a exponer en tres semanas. Ya se empezaron a configurar los primeros créditos. Como en todo modelo analítico, siempre se arranca y a medida que se va avanzando, se va perfeccionando.
La idea es que el programa crezca rápidamente y que nuestro score sea muy valorado por los socios financieros. El objetivo es quitarle esa población a los gota a gota, pero también es crearle una cultura de pago a la gente.
SEMANA: ¿qué tipo de datos son los que va a caracterizar Ágata para facilitar estos otorgamientos de créditos?
C. K.: en cuanto a tenderos, tenemos una data interesante en que referenciamos qué tipo de local tienen, dónde lo tienen, qué tipo de comercio hay ahí, cuánta cantidad de agua y energía consumen, cuál es la cultura de pago de las facturas de los servicios públicos. A partir de esa analítica de datos empezamos a hacer clusters e identificamos las diferencias entre unos y otros.
A nivel de vendedores ambulantes, medimos en qué zonas de la ciudad están, qué tipo de negocio informal es, aunque con esta población es más difícil medir otro tipo de comportamientos, por consiguiente, recibirán créditos a menor tarifa, a menor plazo y serán rotativos.
Los aliados financieros ya manejan ciertas aproximaciones a este tipo de población y nosotros desde Ágata tenemos una data que enriquece ese entendimiento y facilita el camino. Al final, Ágata es un facilitador del cambio de modelo.
SEMANA: ¿cada cuánto se actualizará el score?
C. K.: el score se tiene que estar actualizando cada tres meses.
SEMANA: aunque el crédito como tal es un tema que les corresponderá a los aliados financieros y no Ágata, ¿a qué plazos se otorgarían?
C. K.: eso es parte de la discusión porque cada aliado es distinto, cada aliado tiene una población distinta, hay algunos que van a querer atender a solo mujeres, otros que van a querer beneficiar a los adultos mayores. Cada aliado tendrá su manera de otorgar el crédito y en qué plazos.
SEMANA: además de favorecer el otorgamiento de créditos, ¿para qué otros temas servirá la analítica de datos en Bogotá?
C. K.: otro de los frentes que queremos abordar es lo que llamamos la vista de un ciudadano 360, que consiste en entender el tipo de servicios que cualquier ciudadano utiliza del Distrito. Cada Secretaría maneja sus datos, cada uno los administra, los va creando y enriqueciendo, pero no los comparten que permitan tener ese entendimiento.
A medida que entendamos qué tipo de uso hacen los ciudadanos de los servicios, qué tipo de población es, en qué circunstancias, bajo qué parámetros, vamos a facilitar no solo la atención a las entidades, sino que se va a mejorar la prestación del servicio. Para eso también va a servir Ágata.
SEMANA: ¿la analítica de datos podría ayudar a contrarrestar la inseguridad en Bogotá?
C. K.: totalmente, y el principio es el mismo. Para cada vez más entender un problema de seguridad, hay que tener fuentes de datos. Hay diferentes entidades del Distrito que capturan data en cámaras y campañas que se están adelantando para entender dónde están los problemas. Ágata no va a resolver el problema directamente, porque los expertos están en las entidades y son ellos quienes deben ejecutar las acciones, pero entre más datos tengamos, mejor se va a poder actuar en seguridad.
SEMANA: ¿qué retos tiene Ágata para los próximos meses?
C. K.: el primero es poder ser ese articulador de data, no solo en el sector público sino en el privado. Poder ser ese cerebro de la ciudad que nos permita entender y mejorar en cada uno de los frentes que tiene Bogotá.
El otro gran reto es cómo armar el mejor equipo, cómo retenerlo, es muy escaso el talento hoy en día; necesitamos que en Colombia haya muy buenas capacidades, pero están desarticuladas y Ágata no solo va a entender los problemas y va a idear soluciones, sino que también el reto es cómo llevamos esas ideas a las mesas de varios actores y poder actuar muy rápido.